martes, 30 de septiembre de 2014

Hong Kong: una organización minuciosa para una protesta en paz




En una ciudad con tanta gente resulta impactante caminar por las calzadas del centro de Hong Kong -siempre bulliciosas y en las que mueres al palo de ir al ritmo que los de delante te marcan-, como si la calle fuera tuya y no ver ni un alma. Así me sentí ayer cuando salí a ver las protestas que se están viviendo aquí estos días. Sin embargo, tras caminar unos metros, se empiezan a ver personas que sentadas en el suelo ocupan kilómetros de los barrios más céntricos de Hong Kong Island. Decenas de miles de personas llevan concentrándose frente a las oficinas del Gobierno local desde que las protestas empezaron la semana pasada. Y no sólo ahí, Mongkok, Causeway Bay y ahora Tsim Tsa Tsui (donde vive una servidora) permanecen copados y paralizados de manera asombrosa.

Lo más curioso del asunto, además de que la policía les permita estar allí, es el carácter pacífico y la perfecta organización que está teniendo este movimiento ciudadano. Sí que es cierto que el pasado domingo se lanzaron botes de gas contra los manifestantes que han tomado los paraguas y el papel film como escudo, pero ayer en el mismo lugar donde esto sucedió, la policía permanecía tranquila y sin ningún tipo de posición defensiva. Y es que el respeto que los hongkongers, como algunos se autodenominan, por las fuerzas del orden de su ciudad, les ha hecho en alguna ocasión en la que la violencia se ponía de manifiesto, parar a aquellos que arremetían contra la policía. Porque no están contra ella, sino contra el Gobierno de China y luchan por su causa, el sufragio universal.

Corren rumores de que se puede conseguir un trabajo a media jornada en las manifestaciones como agitador social, basta con tener ganas de follón y de meter cizaña. Ante esto, los ciudadanos han decidido tener bien presente que en cualquier momento que esto ocurra se pare a estos "violentos" que persiguen otro objetivo con el cual ellos no se identifican. No quieren tener ninguna excusa que dar a China para que haya enfrentamientos y se lo han tomado a pecho. Autobuses de dos plantas permanecen parados en mitad de la calzada junto a otros vehículos desde el momento en que se tomaron las calles y, al contrario de lo que en otros países podría pasar, continúan ahí impolutos y decorados con carteles y flores en señal de protesta.



Los hongkoneses se han organizado muy bien para la que se prevé como una larga protesta y han localizado en diferentes puntos de las calles puestos de socorro y de abastecimiento de alimentos y bebidas, además de repartir otros enseres necesarios para pasar días en las calles. La logística es impresionante y por grupos con tareas bien definidas se dedican a limpiar y recoger las basuras, reciclar en algunos puntos y dirigir el tráfico de personas para que no haya problemas de masificación.



Hoy, en el Día Nacional de China, la gente continúa en las calles y se espera que si no dialogan con ellos, el próximo paso será ocupar edificios gubernamentales. Hay muchos frentes abiertos por las calles, además del movimiento estudiantil o del movimiento Occupy Central - el cual dijo que a partir de hoy se unirían a los que ya están ocupando la ciudad- y, por el momento coinciden en objetivos y en acciones. Una fecha clave la de hoy en la que los partidarios del Partido Comunista saldrán a las calles a celebrar el que hoy es su día y en el que, espero, esta protesta siga caracterizándose por ese tinte pacífico.






lunes, 1 de septiembre de 2014

Más allá de Sin Chan


  

Hace unos días fui a la decimosexta edición del "Ani-Com and Games Hong Kong", que viene a ser una feria de manga, animación y videojuegos donde se reúne lo más pintoresco de este mundillo en Hong Kong. Vi caminar a viejas glorias de la Guerra de las Galaxias apesadumbradas y arrastrando la maleta mientras las nuevas generaciones de personajes animados posaban sonrientes sintiéndose poderosos y conquistando a los fotógrafos profesionales y a aquellos que como una servidora nos pasamos a curiosear.

                                    
                                    


Y curioso fue bastante por la gente que iba disfrazada de sus personajes favoritos y la cantidad de fans que reunió esta feria, peculiar donde las haya. Videojuegos, comics, música, revistas e inimaginable merchandising me hicieron pasar una tarde divertida fotografiando al personal. La mayoría de los personajes, quitando a los archiconocidos Sin Chan y Doraemon, eran sexys mujeres ataviadas con vestidos sugerentes que reproducían fielmente a sus personajes preferidos. Unas jornadas donde los fans y expertos en la materia pudieron disfrutar de un  mundo que, como otras aficiones, es parte del suyo propio.