jueves, 25 de diciembre de 2014

¡Nos hemos mudado!

Estimados lectores,

La Nave de Victoria se ha mudado. Ahora, podéis seguir leyéndonos y comentando lo que os parezca en www.victoriapascual.com Esperamos que sigáis disfrutando con nuestras historias.

Gracias a todos,
Victoria Pascual

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Detenido el líder estudiantil Joshua Wong en Mong Kok

El líder estudiantil del movimiento Scholarism, Joshua Wong, fue detenido ayer en el barrio de Mong Kok junto a Lester Shum, líder de la Federación de Estudiantes Universitarios, tras un par de días en los que finalmente la policía ha conseguido desalojar esta zona de la ciudad, eliminar las barricadas y reabrirla al tráfico. Más de 100 personas han sido detenidas y se han producido algunos enfrentamientos entre policías y manifestantes. 

Wong, una de las figuras más reconocidas de la llamada "Revolución de los Paraguas", se acercó ayer a la zona de acampada de la calle Nathan para mostrar su apoyo a los que allí seguían. Sin embargo, tanto él como Shum fueron detenidos por la policía por desobediencia al tribunal y obstrucción al funcionario público que ayer trataba de cumplir la orden judicial por la que la calle Nathan tenía que ser reabierta al tráfico. 

La noticia de la detención corrió como la espuma por las redes sociales, un hecho que, según algunos estudiantes que permanecían ayer por la noche en la zona, "hacía salir a más y más gente a la calle para apoyar el movimiento". No es de extrañar que así sucediera, puesto que Wong ya fue detenido al inicio de las protestas en septiembre y tuvo una gran repercusión convirtiéndolo en un emblema del movimiento y candidato a hombre del año por la revista Time.

A lo largo de estos dos últimos días, cerca de 4.000 policías hicieron cumplir las órdenes que el Tribunal Superior de Justicia había concedido a las asociación de taxistas y de minibuses para poder reabrir el tráfico en  la calle Nathan y las calles aledañas. Sin embargo, fue el primer día cuando los enfrentamientos adquirieron más dureza con el uso de gas pimienta por parte de la policía y mayor resistencia por parte de los allí reunidos.

Ayer los agentes no tuvieron que emplearse con tanta fuerza, a excepción de algunas detenciones, ya que los manifestantes iban retrocediendo conforme se lo pedían, de manera que al mediodía la calle ya estaba operativa. A pesar de ello, por la tarde muchos manifestantes comenzaron a congregarse en otra de las zonas del populoso barrio con la excusa de "ir de compras", ya que el jefe del Ejecutivo C. Y. Leung había hecho un llamamiento al orden y la obediencia y a que la gente volviera a este distrito tan comercial para seguir comprando.

Esta noche ha sido  tranquila a excepción de que ha habido alguna intentona de ocupar alguna otra zona de la ciudad sin éxito y ahora mismo no se saben cuáles serán los pasos a seguir. Según los estudiantes "no sabemos qué vamos a hacer en las próximas dos horas, así que cómo vamos a saber qué va a pasar". Lo único que tienen claro es que ahora no pueden rendirse, que después del trabajo o de las clases tienen que volver a las zonas ocupadas para mostrar el apoyo al movimiento y la perseverancia para conseguir sus objetivos.

Mientras tanto, ayer también se conoció la noticia de la detención de siete agentes de policía acusados de agredir el mes pasado tras su detención a Ken Tsang Kin Chiu, miembro del Partido Cívico. Todos ellos fueron grabados mientras cometían estos actos que le produjeron diversas lesiones al detenido y que causaron un gran rechazo por parte de la sociedad hongkonesa hacia las fuerzas de seguridad, algo que con los últimos acontecimientos va en aumento. 

martes, 25 de noviembre de 2014

Varios detenidos en el desalojo de Mong Kok

Varias personas han sido detenidas hoy en el popular barrio de Mong Kok en Hong Kong por oponerse al desalojo en una zona donde una parte del movimiento OccupyCentral mantenía un campamento instalado desde que comenzaron las protestas a finales de septiembre. El pasado lunes, se emitió una orden judicial por la que a partir de hoy y en 24 horas se iba a proceder a la reapertura al tráfico de algunas de las calles aledañas a Nathan Road, una de las arterias principales de la ciudad que permanece cortada al tráfico desde hace casi dos meses. 

A lo largo de la mañana se han desmontado las barricadas que impedían el acceso al tráfico rodado en Argyle street, de manera que una vez quitadas dichas barreras el cordón policial avanzaba unos pasos y dejaba a su paso por detrás que los equipos municipales de limpieza acabaran con las tareas de recoger los últimos objetos que quedaban en la calzada. 

Lo que en principio parecía que se estaba desarrollando pacíficamente, a excepción de los vítores o críticas que los allí congregados gritaban a aquellos que desmantelaban el campamento, ha adquirido tintes violentos cuando la policía ha dado un ultimátum a periodistas y manifestantes y ha empezado a arrestar a los que se negaban a moverse. Según las cifras que se conocen han detenido a más de 25 personas.

Posteriormente a estos incidentes los agentes han pedido a la gente allí reunida que evacuaran la zona para reabrir el tráfico y, aunque se ha reabierto a lo largo de la tarde, ahora mismo la zona sigue candente y la situación está empeorando con el uso de gas pimienta por parte de la policía y la concentración de cada vez más gente.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Hong Kong contra Goliat



Hong Kong sigue ocupado. Parece como si toda la gente que sigue en la calle siempre hubiera estado ahí, como si esas calzadas que conocí hace ya ocho meses abarrotadas de autobuses, coches, taxis, minibuses y plataformas que las cruzan, hubieran estado abiertas al público para pasear por ellas, comer, dormir, rezar, estudiar o vivir, como muchos hacen desde hace casi dos meses.

Sin embargo, cada vez son más los rumores y las declaraciones de que en poco tiempo van a "limpiarlas". El presidente Xi Jinping ha insistido en que la ocupación es ilegal y ha mostrado su apoyo a la administración de Hong Kong para mantener la estabilidad social. Asimismo, ha dejado claro que se trata de un asunto interno que pertenece a China y no permitirá injerencias externas. Por ello y aunque hasta ahora ambas partes han mantenido una postura más o menos pacífica, quizás más pronto que tarde la policía tenga que desalojar las calles si recibe alguna orden. 

Mientras tanto, debido a la falta de apoyo a la causa por parte de Inglaterra, algunos manifestantes han planeado ocupar el próximo 21 de noviembre las afueras del consulado británico como señal de protesta, así como se han preparado para hacer un llamamiento a través de las redes sociales para que la gente salga a la calle ante la posibilidad de una actuación policial. Y es que si se llega a este punto resultaría cuanto menos complicado hacer un barrido y echar a la gente de un lugar en el que tantas personas se concentran sin que hubiera consecuencias a lamentar. 

Teniendo en cuenta el pacifismo con el que se ha llevado a cabo esta ocupación, a excepción de momentos puntuales, la falta de costumbre de los hongkoneses a estar expuestos a cualquier tipo de violencia policial (lo cual es muy positivo), así como la inexperiencia de la policía en este sentido, sería muy llamativo -y triste- que algún tipo de incidente grave ocurriera porque, además de dar visibilidad a ciertas actuaciones que son más comunes en la China continental, generaría malestar social y rencor en una sociedad que comienza a estar dividida.

Quizás les permitan seguir allí pese a la oposición de determinados colectivos hasta que se vayan por su propio pie. O quizás haya una solución intermedia en la que se consiga algo. Se pueden hacer miles de conjeturas al respecto, pero lo que está claro es que parte de la sociedad de Hong Kong está luchando contra un gigante, un Goliat muy poderoso: China.



martes, 14 de octubre de 2014

Los hongkoneses mantienen el pulso al gobierno tras los enfrentamientos





El lunes por la mañana a primera hora alguno de los túneles que unen ciertos barrios de las afueras con el centro de la ciudad se congestionaban por los coches de policía que supuestamente venían a retirar barreras y reabrir las calles al tráfico. Así me lo contaban quienes se habían visto envueltos en el atasco y habían llegado tarde a trabajar tarde por este motivo. Y es que desde hace más de dos semanas varias de las principales calles de Hong Kong han sido la casa de miles de manifestantes que se han instalado con tiendas de campaña y colchonetas. Un hogar con puestos de socorro y de suministro de alimentos y otras curiosas dependencias como una "sala de estudio" con sillas y mesas.


A los días en los que varios colegios de la zona y universidades dejaron de tener clase ante la imposibilidad de desplazarse hasta allí y como apoyo al movimiento estudiantil, les siguió una semana más tranquila en la que cada vez eran menos los que allí quedaban y parecía que la gente volvía a su rutina después de que el gobierno les prometiera reunirse con ellos el viernes. Una promesa que se rompió el jueves ante la negativa del ejecutivo y por lo cual el viernes por la tarde los hongkoneses se concentraron en Admiralty para decidir cuáles eran los pasos a seguir. Entre ellos, no moverse de las calles.

Sin embargo, el gobierno de China, Hong Kong al frente, parece que no puede consentir que una ciudad de tal envergadura económica siga paralizada en sus principales arterias. Tampoco las organizaciones de taxistas, minibuses, tiendas y restaurantes y trabajadores de la construcción están dispuestos a ello y, según los rumores que corrían desde la semana pasada, iban a llevar a cabo determinadas acciones si los manifestantes no se movían, ya que económicamente les estaba afectando.




Así, el lunes la policía empezó a retirar las barreras de parte de las zonas ocupadas. Mientras esto sucedía, los estudiantes miraban con tranquilidad porque el principal punto de su acampada permanecía abierto y su intención era la de continuar allí al no sentir la amenaza inminente del desalojo. Pero fue a partir de ayer cuando en la retirada de esas barricadas, reforzadas con cemento y bambú, cobró protagonismo el gas pimienta y se produjeron 45 detenciones y choques violentos con la policía.


Unos enfrentamientos que no han conseguido desalojar por completo a los allí acampados, ya que a estas horas del miércoles tanto Admitralty como otras partes de la ciudad siguen ocupadas por unos ciudadanos que conservan la esperanza de que con estas acciones y sus paraguas no haya más engaños y haya una oportunidad para hablar con los representantes de su ciudad, que según ellos ya no los representan.









jueves, 2 de octubre de 2014

Más paraguas para aguantar el chaparrón

Hong Kong sigue al pie del cañón. Ayer durante todo el día y la noche los hongkoneses continuaron ocupando las calles de la ciudad, cortando el tráfico de las zonas más turísticas y escuchando a aquellos que micrófono en mano argumentaban por qué debían seguir allí. Así transcurrió el Día de la República Popular China, en el que los fuegos artificiales que estaban previstos se suspendieron, aunque el resto de actos programados siguió su marcha.

Resultaba llamativo ver cómo en Victoria Park fueron muy pocos los que se reunieron para participar en los actos festivos de este día, aunque aún era más curioso observar cómo no hubo ningún tipo de fricción entre unos y otros. Y digo curioso porque llama la atención que se viva esta situación en un ambiente tan pacífico y lo que tristemente esperes sean roces al estar acostumbrado a guerras civiles; comentarios regionalistas despectivos; o nacionalismos baratos que ocupan portadas y hacen pasar de página otros asuntos. 

Sin embargo, desde hace unas horas y según están informando los medios de la zona, se están concentrando cerca de Admiralty efectivos policiales, los cuales al parecer están llevando material antidistubios como pelotas de goma y otros gases. Quizá esto responda de manera preventiva a las "amenazas" de ocupar algún edificio gubernamental que ayer se produjeron por parte del líder del movimiento estudiantil. Y es que, aunque no está previsto disolver la ocupación inmediatamente, parece que desde Pekín se ha dicho que habrá que usar la fuerza en la medida que sea necesaria y en el momento que se requiera, aunque ahora mismo sigue reinando la calma que caracteriza este movimiento.

Mientras tanto y para que el resto de China no se contagie de este sentimiento pro democracia, el gobierno central ya ha empezado a cortar alas y ha detenido a aquellos que han mostrado su apoyo a esta causa públicamente en la China peninsular así como, según dicen, ha bloqueado ciertas redes sociales. Lo que sí está claro es que los ciudadanos de Hong Kong se han pertrechado para lo que parece ser una protesta a largo plazo y no piensan moverse de las calles por su propia voluntad. Cada vez hay más paraguas para aguantar el posible chaparrón.







martes, 30 de septiembre de 2014

Hong Kong: una organización minuciosa para una protesta en paz




En una ciudad con tanta gente resulta impactante caminar por las calzadas del centro de Hong Kong -siempre bulliciosas y en las que mueres al palo de ir al ritmo que los de delante te marcan-, como si la calle fuera tuya y no ver ni un alma. Así me sentí ayer cuando salí a ver las protestas que se están viviendo aquí estos días. Sin embargo, tras caminar unos metros, se empiezan a ver personas que sentadas en el suelo ocupan kilómetros de los barrios más céntricos de Hong Kong Island. Decenas de miles de personas llevan concentrándose frente a las oficinas del Gobierno local desde que las protestas empezaron la semana pasada. Y no sólo ahí, Mongkok, Causeway Bay y ahora Tsim Tsa Tsui (donde vive una servidora) permanecen copados y paralizados de manera asombrosa.

Lo más curioso del asunto, además de que la policía les permita estar allí, es el carácter pacífico y la perfecta organización que está teniendo este movimiento ciudadano. Sí que es cierto que el pasado domingo se lanzaron botes de gas contra los manifestantes que han tomado los paraguas y el papel film como escudo, pero ayer en el mismo lugar donde esto sucedió, la policía permanecía tranquila y sin ningún tipo de posición defensiva. Y es que el respeto que los hongkongers, como algunos se autodenominan, por las fuerzas del orden de su ciudad, les ha hecho en alguna ocasión en la que la violencia se ponía de manifiesto, parar a aquellos que arremetían contra la policía. Porque no están contra ella, sino contra el Gobierno de China y luchan por su causa, el sufragio universal.

Corren rumores de que se puede conseguir un trabajo a media jornada en las manifestaciones como agitador social, basta con tener ganas de follón y de meter cizaña. Ante esto, los ciudadanos han decidido tener bien presente que en cualquier momento que esto ocurra se pare a estos "violentos" que persiguen otro objetivo con el cual ellos no se identifican. No quieren tener ninguna excusa que dar a China para que haya enfrentamientos y se lo han tomado a pecho. Autobuses de dos plantas permanecen parados en mitad de la calzada junto a otros vehículos desde el momento en que se tomaron las calles y, al contrario de lo que en otros países podría pasar, continúan ahí impolutos y decorados con carteles y flores en señal de protesta.



Los hongkoneses se han organizado muy bien para la que se prevé como una larga protesta y han localizado en diferentes puntos de las calles puestos de socorro y de abastecimiento de alimentos y bebidas, además de repartir otros enseres necesarios para pasar días en las calles. La logística es impresionante y por grupos con tareas bien definidas se dedican a limpiar y recoger las basuras, reciclar en algunos puntos y dirigir el tráfico de personas para que no haya problemas de masificación.



Hoy, en el Día Nacional de China, la gente continúa en las calles y se espera que si no dialogan con ellos, el próximo paso será ocupar edificios gubernamentales. Hay muchos frentes abiertos por las calles, además del movimiento estudiantil o del movimiento Occupy Central - el cual dijo que a partir de hoy se unirían a los que ya están ocupando la ciudad- y, por el momento coinciden en objetivos y en acciones. Una fecha clave la de hoy en la que los partidarios del Partido Comunista saldrán a las calles a celebrar el que hoy es su día y en el que, espero, esta protesta siga caracterizándose por ese tinte pacífico.